domingo, 22 de abril de 2007

MIS POEMAS



ANTOLOGÍA POÉTICA

MUJER DE ASFALTO
Maria Rondòn



MUJER DE ASFALTO

Hacedora de absurdos, incrédula heroína de una falsa épica
de batallas, de humo, de trafico, de calor,
de miles de historias imperfectas
de calle, de pasillo, de oficinas, de habitación
Gestora decisiva de su cuerpo
cuerpo mutilado por el ecléctico esteticismo
hinchado de hormonas, de silicón … de vanidad
náyade de fin de semana que con el sol coquetea
de la novedad experta, de cadavérico semblante
y con el alma impermeabilizada
Protegida bajo el amparo de su polímera otredad
Se embadurna, se transmuta, se vuelve de ébano cruel
Producto de gravamen: Mujer de asfalto



Vapores corporales

Instante fogoso en el santuario
Ondas de sendas olorosas
Secretas, vedadas, arrinconadas
La lujuria y la pasión
Y los calidos vapores se desatan
Y el calor de tu cuerpo me atrapa
Me inundo me despliego
Hinchada, desbaratada,
Sensaciones que se desvanecen
Pecados amelcochados empalagados
Saboreados y por un instante
Muy ínfimo de conciencia y cordura
Del arrepentimiento estoy atad
a



PALABRAS REVERSAS

Que cosas tiene la vida, inteligible naufragio
Disección estéril haces de mis palabras
Austeras son quizás, mi amarga sinfonía del desencanto
Cuando tanto piensas truncas mi engendro
De él te haces dueño sudoroso ansioso y febril
Nomos juguetones con gala verde, rosa y añil
Brincan en tu mente y azotan mis sentidos
Redención contradictoria de mil palabras
Porque eres dueño de todas ellas
Y a todas ellas las haces vivir, sufrir y morir
Por doquier renacen entupidas una y otra vez
Mis palabras reversas ajenas, de ti distantes
Al igual que yo se desintegran
con el implacable relámpago
de esas angustiosas pupilas




Primitiva e instintivamente
.

Lácteos puntitos desmantelan el azul del firmamento
Y tu piel caliente evapora la salina espuma
Sonrisa secreta desdeñosa y austera
Que descarga universos virtualmente inexplorados
Digitalizo tu esencia volcánica y expectante
Navego en tus viriles ardores
Jugueteando con las olas que disipan este ímpetu
Y nos inundan de orgásmica escarcha
Remoción de asfálticas vivencias
Que carcomen la razón de ser quienes no solíamos ser
Y nos ahogamos en erótico piélago
Solo así mirando la bóveda infinita
Entre los acompasados murmullos de tus entrañas
Me transmuto a otra dimensión
Donde, en el más sutil de los quejidos
Y por unos segundos, me vuelvo primitiva e instintivamente
MUJER….

23-03-04



El autobús


Tropel de puesto y puesto
Polifónica resonancia de desafueros
Entre amasijos de oxidados metales
Cuerpos cansados se tropiezan
Almagamados, extralimitados, saturados
Desdibujados, desdoblados, cansados…
Oníricos relámpagos instantáneos
En cabezas que descansan
Sobre hombros oscilantes
De freno en freno
De acelerador en acelerador
Al compás bailan bulliciosas
las bolsas repletas de desaliento
Espectáculo de jóvenes y carnosas retaguardias
envueltas en mezclilla celeste
Alegran el proletario y gris panorama
y quizás una amarillenta sonrisa
de esas despreocupadas
Haga más humana…la mecánica travesía




Viagra


Iracunda golosina, de desafueros salpicada
Delicias extintas, moribundas reverdecen
Y el marchito cisne de cuello roto
Erecto y gracioso una vez más sus alas blande
Húmedas convulsiones ancestralmente muertas
Retoñan por su boca reseca y deseosa
Y de nuevo al orgásmico festín es concurrente
Ese cisne que de azul se tiñe…que de azul renace
Y que sólo por un brevísimo instante
Aunque quebrantado de pasión extrema
Su viril plumaje enviste
De brazos de Eros el éxtasis llega
en añil diamante que de ardor una vez más envenena
Al viejo cisne de cuello roto que el vuelo refrena





PELIGROS DE LOS MENSAJES DE TEXTOS EN NIÑOS


Los mensajes de texto y la trasgresion lingüística en los adolescentes



Por Maria Rondón



Con la aparición, en Venezuela, de los sistemas digitales (telefonía de segunda generación, 2G), los terminales disponen de la capacidad de enviar y recibir mensajes cortos de texto (SMS), que operan de manera muy similar a los mensajes de correo electrónico en Internet, aunque especificando como destinatario un número de Terminal y no un identificador de usuario. Esto ha tendido gran aceptación entre los usuarios de la red telefónica. Con la aparición de los sistemas 2,5G y 3G se han implantado los servicios cada vez más sofisticados que se hacen más atractivos especialmente entre la población de niños y adolescentes quienes ya poseen celulares desde muy temprana edad. Las virtudes de los celulares son ilimitadas, y se puede observar esto, en la descripción que se hace de las nuevas tecnologías celulares por parte de Emerson Whitaker (2005) en su libro: La tecnología celular del nuevo milenio P.382

EMS (Enhanced Messaging Service) y MMS (Multimedia Message Service), que ofrecen mejoras en el servicio SMS básico sobre texto; así, admiten texto de dimensiones ilimitadas, inclusión de imágenes, melodías y animaciones y, en el caso del MMS, posibilitan el envío y recepción de todo tipo de elementos multimedia, incluidos vídeos. Para utilizar EMS y MMS se requiere, respectivamente, de terminales de telefonía móvil GPRS y UMTS u otro 3G.



El mercado de los teléfonos celulares en Venezuela, destinado al principio a captar usuarios adultos y de alto poder adquisitivo, se ha visto en la necesidad de diversificar sus estrategias y productos al determinar que sus equipos estaban destinados a todo tipo de público, incluso a los infantes. Hoy en día es común ver a niños y jóvenes con esos aparatos en las escuelas. Su proliferación ha traído problemas a los maestros, quienes en ocasiones han tenido que enfrentarse a los padres, que son quienes fomentan el uso de los equipos para mantenerse en contacto con los pequeños. Lenguaje que se utiliza en los mensajes enviados por celulares esta tan trillado, que ya aparece mención a los mensajes de textos celulares en pasajes de novelas de reciente edición. La literatura no hace más que reflejar la vida misma y a nadie puede extrañarle la masificación de mensajes de textos a partir también del uso cada vez mayor de celulares. Sin embargo se observa que el uso de los mensajes de texto se extiende ya a un problema no solo lingüístico sino también social como lo menciona Dayanara Suárez Armoina (2006) en su artículo titulado: El celular amo de la palabra. P, 1.

Es un fenómeno lingüístico y social que se ve reflejado en la vida cotidiana y en el aula de clase pero que seguramente a más de un lingüista le ha traído un dolor de cabeza. En los mensajes de texto o SMS (Short Message Service, en inglés, o servicio de mensaje corto) se suele abreviar palabras y muchas veces se escriben letras pensando sólo en la fonética que ayuda a descifrar el mensaje, por ejemplo: "a1que" (aunque), "xq"(por qué), "salu2"(saludos); y así infinidad de abreviaturas, y hasta la consolidación de un código -sobre la base de abreviar las palabras-, para conseguir introducir el máximo de información en los 160 caracteres que usualmente permite la pantalla del celular. En la creación de este código mucho tienen que ver las generaciones más jóvenes.



Cada 90 segundos se envía un millón de SMS en todo el mundo, con un lenguaje universal aseguró Miguel Udaondo, director de Relaciones Corporativas de Vodafone España.
Howard Rheingold (2005), experto en el tema de las implicaciones sociales de la tecnología, en su obra En Cometarios SMS P, 2 Señala que el uso de los mensajes de texto por los adolescentes se debe a que:

"Para los jóvenes es esencial estar todo el tiempo en contacto con su grupo social inmediato; además, el SMS es una forma sencilla de hacer contactos informales con potenciales compañeros de salidas. En el SMS los padres y profesores no son intermediarios de las comunicaciones".

Aunque también, el precio es una variable para los más jóvenes acortar las palabras y enviar un mensaje de texto resulta mucho más barato que establecer una comunicación de voz. Por abaratar costos, por estar en contacto, la cuestión es que este nuevo código de comunicación entre los jóvenes ya cuenta hasta con un diccionario de mensajes de celulares.
En su trabajo Códigos de los adolescentes P, 23, el periodista Eduardo San Pedro (2002), sostiene que:

“siempre hubo códigos en el mundo: sin ir más lejos, el lunfardo y el 'vesre' o el slang americano. Lo que no implica de ningún modo que quien los conoce no hable y escriba correctamente en su idioma. Por lo demás, la adolescencia siempre tuvo códigos para diferenciarse, desde la vestimenta hasta —precisamente— el lenguaje. Ahora se suma otra razón de peso: comunicarse así es barato".


Para el investigador este tipo de comunicación no produciría tanto cambio o deterioro de la lengua. Pero es esto realmente cierto, pueden los jóvenes realmente discriminar cuando y como hablar o escribir de una forma u otra.
Es alarmante la problemática de las carencias escritúrales de los alumnos y preocupa enormemente, que el uso de estos mensajes sin limitaciones ortográficas puede influir en el incremento de esta anomalía. El segmento que mayor uso le da al SMS es el de los jóvenes. Es grande el número de los alumnos de esta institución como tantas otras, que envían y reciben SMS en forma habitual. La popularidad entre los adolescentes de estos mensajes carentes de normas ortográficas, nos lleva a plantearnos la necesidad de un estudio sobre este fenómeno social de gran aceptación en los adolescentes. La popularidad entre los adolescentes de nuestro país de estos mensajes de texto, nos lleva a plantearnos la necesidad de un estudio sobre este fenómeno social y comunicacional de gran aceptación en los adolescentes.

La poesia de Rafael Cadenas

CADENAS, UN HOMBRE Y SU EXISTENCIA

ENSAYO DE MARÍA RONDÓN SOBRE LA PROSA POETICA DE RAFAEL CADENAS


En las próximas líneas emergerán comentarios sobre la obra de Rafael Cadenas, uno de los más destacados poetas de la literatura venezolana de la segunda mitad del siglo XX. Rafael Cadenas, pertenece a ese bagaje de poetas renovadores de la poesía vernácula de la década de los 60. Nombres como: Juan Calzadilla, el primer poeta verdaderamente urbano de la literatura venezolana, Ramón Palomares, Guillermo Sucre, Francisco Pérez Perdomo se enlazan de manera entrañable con el de Rafael Cadenas.
Expresión fuerte, plagada de esencialismo humano, ardua dicotomía del hombre como ser de dudas y disconformidades, son algunos de los cimientos de la creación poética de Cadenas quien nos entrega de manera definitiva ese pasaporte a la otredad, a ese alter ego que el hombre busca como válvula de escape de su cruda realidad.
El presente ensayo analítico pretenderá escudriñar en el intransigente plano metafórico, que Cadenas magistralmente construye como arquitecto inequívoco de un plano existencial, donde: imágenes y símbolos brotan para reflexionar sobre la despersonalización del hombre urbano que se aleja de si mismo, y que pierde su propia identidad, hombre que busca una liberación ontológica que raya en la exasperación del más comprometido existencialismo.
Nos adentraremos entonces en los sonidos de la escritura armoniosa y simple de Cadenas, cuyos poemas son la encarnación de la búsqueda de si mismo, expresión poética que sustenta un aforismo definitorio, su versos confrontan la realidad cotidiana con el ideal eterno. Es por todo esto que, Cadenas trasciende a nuestra geografía y se consagra como uno de los más valiosos bardos de la literatura universal. Cadenas nos trajina en ese mundo onírico donde los signos del alma se imprimen en nuestra memoria como una sentencia innegable de la perdida idealidad del hombre, que se rinde ante lo cotidiano, escabulléndose a otro plano existencial etéreo, más sublime.

Se hace inminente, entonces, el retórico desafío, que supone el presentar mis humildes ideas, ante la genialidad del Profesor José Napoleón Oropeza. No obstante mi pasión por la poética de Cadenas me fortalece para tal fin, permitiéndome extrapolar algunas de las más representativas características de su extensa obra tanto de su poesía, como de su prosa poética.


El año de 1958 representó para Venezuela, según algunos investigadores e historiadores un hecho políticamente decisivo para la vida social venezolana. Entre estos autores, uno de los más destacados, que ha enfocado este periodo de gobierno desde una perspectiva reflexiva se encuentra el historiador Aleredo Chacón (1973), quien señala en su obra “Trayectoria Ideológica de la Izquierda Cultural Venezolana”, lo siguiente:
"Rota la contención política impuesta durante los diez años precedentes por la dictadura militar a partir del 23 de enero de 1958, las distintas fuerzas sociales replantean su conflicto a través de un nuevo espectro de movimientos y partidos... Luego de un año de intervalos pacíficos y con la victoria electoral de Acción Democrática a fines de 1958... Con el acto mismo en que toma posesión de la presidencia (febrero 1959), Rómulo Betancourt declara la guerra al comunismo y sus cuerpos represivos comienzan a ponerla en práctica contra el partido, los sindicatos no oficialistas, los desempleados y los estudiantes."

Con lo anteriormente expuesto, se plantea que en Venezuela se comenzó a crear un nuevo proceso que permitiría a la sociedad venezolana vivir en democracia; no obstante esta ideología se ve momentáneamente frustrada por los grupos que pactaron para la caída de Marcos Pérez Jiménez, ya que estos emprenden una confrontación debido a que sus ideas socialistas no fueron tomadas en cuenta.

Bajo este influjo desalentador, Rafael Cadenas (1930) emerge como figura insurgente, cuya irreverencia lo ubicó ideológicamente en sectores radicales, que buscan una transformación auténticamente revolucionaria de la sociedad capaz de corregir las injusticias.

Rafael Cadenas, nacido en Barquisimeto, estado Lara, el 8 de abril de 1930. Además de prodigo poeta, ha cultivado el ensayo, y al igual que lo hizo Juan Antonio Pérez Bonalde, es un cabal traductor de obras literarias a otros idiomas. Cadenas es conocido como miembro de la generación de la década de 1960 dentro de la literatura venezolana. Se dice que publicó cuando aún era un niño su primera obra Cantos iniciales (1946). Cadenas posee una personalidad enigmática, como lo define Darío Jaramillo Agudelo (2003), en su artículo, publicado por la Revista Nacional de Cultura, titulado: “Un testimonio sobre la obra entera de Rafael Cadenas” P, 1

… Discreto, silencioso, tímido, incómodo en toda figuración, huidizo de ella, Rafael Cadenas, a pesar de su invisibilidad, es considerado hoy un clásico vivo de las letras venezolanas…
Relata José Balza en la introducción de Obra entera de Rafael Cadenas que, “muy joven, ya en Caracas, en la universidad, Cadenas se enfrenta a la dictadura militar desde su militancia comunista y esto lo lleva al exilio”. Ese devenir político hace de Cadenas un luchador incasable, muchos fueron los países donde estuvo exiliado, y muchas las experiencias que acumuló y que posteriormente fueron definitorias de su obra poética. Sin embargo Cadenas disiente de su rigidez política de izquierda, y opta ya, en sus años maduros, a la independencia política como alternativa de libertad ideológica. Con respecto a este cambio en el pensamiento político de Cadenas es importante señalar lo que apunta Balza sobre la postura de Cadenas - “Cadenas ha señalado que desde hace casi cuarenta años se considera independiente y ha sostenido en numerosas entrevistas y charlas que no se debe pertenecer a partidos porque perdemos la libertad”.

Cadenas retorna a su terruño, luego de la dictadura, Vive en la isla de Trinidad, en el delta del Orinoco, regresa a Caracas en 1956 y durante tres décadas permanece inquietamente inmóvil en la ciudad. Trabaja como profesor de literatura inglesa, estadounidense y española. Traduce a Lawrence, Nijinski, Whitman, Cavafy, Segalen, Pessoa, entre otros.
Su obra, sin parangón, incluye Los Cuadernos del Destierro, Falsas Maniobras, Memorial, Literatura y Sociedad, Realidad y Literatura, Anotaciones y En torno al lenguaje. Premio Nacional de Literatura en 1985. Cadenas empuña la pluma de la persistencia, hacia la despersonalización y la independencia ontológica. Del hombre. En 1963 escribe Derrota, poema que conmovió la poesía venezolana, latinoamericana; obra que el tiempo ha convertido en testimonio de una época.


CADENAS, AFORISMOS DE PROSAS DESESPERADAS
(Encuentro con los apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística)

La poética de Cadenas está plena de aforismos, expresión filosófica de ese cúmulo de experiencias, que el autor ha reunido en su vida, y que subyacen en su obra como un apéndice ineludible de su alma. La cuestión de un Dios todopoderoso, y la dicotomía entre bien y mal, han sido lugar común de muchos autores que desde tiempos inmemoriales han generado polémica con sus irreverentes propuestas sobre la existencia de un ser supremo.
Se hace difícil el diferenciar entre la obra poética y la prosa. de Rafael Cadenas , ya que en su Obra entera, es constante la preocupación por el misterio esencial del mundo. En el abordaje analítico que hace el autor en los Apuntes sobre san Juan de la Cruz y la mística, se evidencia su intención poética, aún cuando el texto posea estructura de prosa. El intento de Cadenas en Apuntes sobre san Juan de la Cruz y la mística, consiste en traspasar el umbral de la conciencia, en una indagación interminable donde nos descubre que:

la palabra Dios designa lo que no tiene nombre”.


El aforismo, con toda su brevedad, intenta ignorar la realidad y al lenguaje, es también un medio limítrofe entre la poesía y la prosa. Y están además, los poemas en prosa que son poemas y que enfrentan, como en toda su Obra entera, la luz quemante de las revelaciones, la tiniebla estremecedora de quien mira hacia su adentro.
Ya en Realidad y literatura Cadenas había negado su fe en alguna trascendencia distinta a la que encuentra en el mundo material y en la índole humana.


…No creemos en ninguna tradición espiritual, en ninguna idea, como idea, en ningún símbolo, ningún culto, ningún cielo. ¡Se ha especulado tanto! ¿Nunca nos cansaremos? …


Se evidencia la profundidad ontológica de Cadenas en esta prosa poética, por cuanto expresa la eterna lucha del hombre por creer en algo, ese enigmático y misterioso mundo que hace al hombre esclavo de sus propios vicios. Más adelante sigue Cadenas, transmitiendo esa incertidumbre:


…Orientes, alquimias, sistemas, drogas, filosofías, métodos, espiritualismos, ilusiones. Sólo conocemos una realidad: el ser humano sufriente, incapaz de vivir con plenitud, incapaz de lanzar por la borda los problemas autocreados, incapaz de ponerle fin al dolor, el ser humano, víctima de su propia psique, de sus opiniones, sus ideas, sus prejuicios;

El hombre ha experimentado con un sin número de supuestas alternativas, que le permiten el escape a la verdadera felicidad
…el ser humano ahogado por su miedo –el telón de fondo real de su vida-; el ser humano crucificado por su existencia mecánica, vivida como repetición, llena de rigideces; el ser humano que proyecta su angustia en todo lo que hace, creando división, sufrimiento, agonía; el ser humano atenazado por sus propios productos: odios, afán de notoriedad, deseo de poder,…

Aquí se observa ese talante existencialista, de negación de hastió, de cansancio, arquetípico de la obra de Cadenas. El autor critica la poética de San Juan en algunos aspectos, esto es definitivo de a los autores con carácter irreverente y con fundamentos existencialistas
”la palabra Dios designa lo que no tiene nombre”- en este aforismo es abierta la crítica a la mística cristiana en general, y a San Juan de la Cruz en particular, Cadenas reprocha de la poética de San Juan el desprecio por las criaturas, el trato del cuerpo como enemigo. Admira, sí, su lenguaje, su don para “acuñar expresiones indelebles”, como aquella de que el alma debe irse “quitando quereres”.
Para Rafael Cadenas las religiones se han secado y la búsqueda no está afuera, en lo invisible; retoma la frase de Eckhart –”
Dios está más cerca de mí que yo mismo”- para afirmar que el misterio está aquí, que no hay vías iniciáticas: “tal vez cuando se prescinde de la idea de camino, de distancia a recorrer y cobra su intensidad el presente, puede sentirse la cercanía del misterio”.
En efecto, “solemos hablar del misterio del universo sin incluirnos, como de cosa ajena, como si no formáramos parte de él, como si no le perteneciéramos. A estas alturas podríamos darnos cuenta de que ese misterio no constituye; de que somos misterio. De pies a cabeza; de que el misterio está en cada poro, cada célula, cada átomo que nos forma. El espacio más familiar, el espacio donde nos movemos, el espacio cotidiano, es el mismo de las estrellas”.


INFLUJO EXISTENCIAL, ONTOLOGIA DE LA EXISTENCIA DE LA ÉPICA URBANA
(Los cuadernos del destierro)

Rafael Cadenas da inicio a su más excelsa obra poética, Los cuadernos del destierro, con una precisa descripción de la esencia del hombre venezolano
es uno del más sobrecogedor y extraordinario de la poesía en nuestro idioma:

"yo pertenecía a un pueblo de grandes comedores de serpientes, sensuales, vehementes, silenciosos y aptos para enloquecer de amor".

Ya clásico, su perfección lo ha fijado en la memoria emocionada de la tradición oral venezolana y en la curiosidad insaciable de todo aquel que lo oiga por primera vez. Este comienzo, además, marca el tono de un poema narrativo exuberante, imbuido del aire húmedo y salino y verde del Caribe: "Isla, deleitable anfitriona. (...) Dominio del verde (...). Calles manchadas de fluidos vegetales, de baba ebria, de sexo negro, de mugres provisionales, de hálitos sacros, de africanas flexiones, de las de loto, de mandarines venidos a menos, de dragones rotos, de fosforescencias de tigra, de aires balsámicos de amplios valles búdicos". Inevitable pensar en Saint John Perse, en Álvaro Mutis, en las enumeraciones e imágenes de Enrique Molina. Y me refiero al tono porque el poema, lo que dice y la manera de decirlo poseen su propia demoledora fuerza, sus
propias demoledoras energías, porque son varias. El paisaje inescapable, los ritos de magia, las liturgias más esotéricas, por ejemplo, pero una sobre todas, una historia personal de transformación, de metamorfosis, de dolorosa y liberadora iniciación.

"¿Dónde está el rostro que me legaron mis padres?" El poema comienza con un descendimiento a los infiernos. El "yo" poético perdió su identidad -"yo no era el mismo, yo era el guardián de mi propia desgracia"-y, en tiempo presente nos declara: "he resuelto mis vinculos. Ya soy uno. (...) Fatídico, doble, sensual, echadas las cuentas para mis logros futuros, me he desposado con un nuevo esplendor". En este estado, viene uno de los apartes más líricos del libro:

He entrado a región delgada.

Todo lo que canta se reúne a
mis pies como banderas que el tiempo inclina.

Aquí el mundo es una estación
amanecida sobre corales.

Esta es la morada donde se
depositan los signos de las aguas, el légamo de los navíos,
los mendrugos cargados de relámpagos.

Este es el huerto de las
especies clamorosas, la temporada de arcilla que el océano
erige.

Esta es la fruta de un
piélago muerto, la columna desesperada del hambre.

Esta es la salobre campana de
verdor que el fuego crucifica, la tierra donde una tribu oscura
embalsama un clavel.

Esta es la tinta trémula
del día, la rosa al rojo vivo inscrita en los anales de la
selva.
"Todo aquí es génesis y los días lucen desterrados". El poeta está rodeado de un mundo mágico, atractivo y aterrador al mismo tiempo: "Yo visité la tierra de luz blanda. (...) Pasé un día cerca del lugar donde duermen los ahorcados. Era la época en que los brujos habían partido a los campos de arroz destruyendo todos los talismanes". A la mitad de Los cuadernos del destierro viene un balance descarnado: "mi historia es un largo recuento de inauditas torpezas, de infértiles averiguaciones, de fabulosas fábricas. (...) El amor me conducía con inocencia hacia la destrucción" y sigue un largo monólogo, también antológico, que comienza:


Estoy aquí. Muerto pero aún andando, desnudo, recreando en las hojas de fuego, devolviéndome hacia mi final, dado al tiempo sin armas, espíritu del vino, excelente en el sufrimiento, sin títulos como los resucitados, ojo de huracanes, devorador de sus pies, propenso a falsificar, hermanado con la muerte, mimado, entre vocaciones terrestres, victimario y víctima dentro de un mismo silencio...


En Los cuadernos del destierro también consta el interludio amoroso, rodeado de un antes de búsquedas y de ansias y de un después de desolación y de vacío. En el entreacto está la locura de la carne:

Sólo tú misma en el acto. Extendida, carnosa, húmeda. Un temblor sin lapso. Sin equívoco. Torbellino en torno a la flor de blando terciopelo, acorazonada, que nace del clima de tus piernas como de un grito nocturno. Flor que se liba. Sombra de flor. En la sinfonía ciega de las corrientes lozana forma de mis manos sin ojos. Cuerno remoto de los remordimientos.
(...)
Amo los blandos linderos de inefable tinte, ondulantes en la selva enana y espléndidamente libre que sobresale de tu cuerpo como mil vocecillas frutales, el letífico aroma, el muelle calor, el ansioso tremar. Toda tú adunada por mareas geométricas a mi piel. Toda presión, jadeo, huída, retorno, blancor, demencia. Nadadora. Extensión que amamanta mi vicio. Sombra del láudano sobre mi pesado tiempo.

Después, "como en las estaciones llega el olvido" y "esta es la historia de un fracaso más". Entretanto "mi poema llega entre estallidos a su solución. Su última palabra tiene que ser en forma de pregunta y dispuesta como a punto de fuga". El final se resuelve en incertidumbre -"no puedo predecir lo que vendrá"- y con el narrador "enredado en los hilos como un personaje mal llevado por su autor (...) en el extremo menos iluminado del escenario".
Los cuadernos del destierro en su aspecto formal ha sido visto, y con razón, como un libro atípico en la retórica habitual de Cadenas. Aquí se trata de un desbordamiento, de una catarsis, de una entonación que el mismo texto lo reconoce al final, es la de un monólogo actoral. NO obstante, los problemas esenciales de su poesía, los misterios más hondos, flotan entre la exhuberancia del paisaje y la catarata enumerativa que luego abandonará.


TRANSDISCIPLINARIEDAD

La transdisciplinariedad, historia, evolución y decadencia,
hacia una teorización de la literatura.
Perspectiva analítica del ensayo: “La transdisciplinariedad” del investigador Dr. Alejandro García Malpica.
María Rondón
Trabajo final de la asignatura Teoria de la novela

Es un reto, el presentar en las próximas líneas una reseña analítica de la transdisciplinariedad, por cuanto, no ha sido fácil el socavar, entre sus indescifrables concepciones a través de la historia, una acertada definición de disciplina. No obstante, estos comentarios se sustentarán en el extraordinario trabajo, que el profesor de Teoría de la literatura, Alejandro García Malpica, ha realizado en el marco del Encuentro por una Lectura Transdisciplinaria del Texto Literario[1].
Adentrémonos entonces, en el mar de la transdisciplinariedad, partiendo de la acepción primigenia de la palabra disciplina. García Malpica. P, 7, destaca que “hace mil años se refería al castigo, al estrago y el dolor causado por la desviación a una norma”. De este modo, se evidencia que, la designación del término en su devenir ha tenido un escabroso manejo. Es contradictorio ver, como actualmente en nuestro sistema educativo venezolano, el concepto de disciplina académica subyace, tanto a la concepción de castigo, como a la de área del conocimiento. Esto es, nefastamente, contradictorio, cuando hablamos de
una renovación transdisciplinaria, pues la rigurosidad y el crecimiento monolítico de algunas disciplinas hacen que el proceso transdisciplinador sea aún más difícil. Muchas son las disciplinas que se permeabilizan a otras, esto, según García Malpica, facilita la formación de disciplinas hibridas, disciplinas que se nutran de la pluralidad del discernimiento y que posteriormente estarán condenadas a la automatización.
El autor, ulteriormente, nos presenta un contrastante análisis entre su disciplina inicial, la antropología y las disciplinas literarias, sobre esto, establece García Malpica. P, 8. “Lo mismo ocurre con las teorías literarias cuyo cuerpo está dividido en disciplinas que se injertan en la práctica literaria o la parasitan” Se expone, entonces la dimensión incomprendida, y a veces huérfana de la antropología igualada por García Malpica, en estos términos con la disciplina literaria. Y es que la rigurosidad de los saberes ha conllevado a ese rival aislamiento o excesiva simbiosis entre las disciplinas. Luchando por la supremacía de disciplina madre y desdeñando el titulo de disciplina auxiliar, esto lo hemos discutido con el autor, en las clases de la maestría.
El saber es ilustrado, por demás acertadamente, con el relato bíblico de la torre de Babel, “confusión”, por cuanto el autor, simboliza a las disciplinas como apartamentos de ese rígido e inexpugnable emporio del saber, que no posee organización ni comunicación. El meollo del asunto no se remite a la mera concepción, y mucho menos a la separación o eliminación de las disciplinas. En el siglo XVIII, surge “La Enciclopedia” esta obra acumulaba una gran cantidad de disciplinas de manera globalizadora. La edición de esta enciclopedia, o compendio del saber, fue atacada en varias oportunidades, tanto por el Parlamento, como por el Clero, ya que la iglesia tenía el absolutismo educativo de la época. Ya desde entonces el tema que nos ocupa estaba en el tapete. ¿Por qué parcelar el conocimiento?, la transdisciplinariedad se propaga más allá de la disgregación de los saberes, y se consolida como la más propicia y acertada estrategia de la organización de las ideas, Immanuel Kant
[2], Circunscribe ese mundo del conocimiento, cuando señala que el uso teórico de la razón esta determinado por el uso de la razón aplicada a lo practico. Leonardo da Vinci, el huomo Universalis, es quizás la figura emblemática de la praxis de la universalidad en conjunción con la transdisciplinariedad; Practica - teoría, poeta, músico, escultor, pintor, investigador, inventor, diseñador, arquitecto, filósofo, anatomista, y hasta matemático (cuando aplicaba la geometría a sus composiciones artísticas), da Vinci es la nítida representación de un hombre integral, audaz y hasta subversivo. Es de todos, conocido que en el Renacimiento eran ignominiosas, algunas de las disciplinas practicadas por da Vinci (disección de cadáveres, etc.). Sin embargo, su genialidad le permitió engranar disciplinas hasta entonces disímiles como la anatomía y la pintura. De este modo, Leonardo se sirvió de la anatomía para perfeccionar su técnica pictórica, y además utilizó hábilmente a la estética aristotélica y las teorías platónicas para desarrollar la composición artística tan característica en él.
Durante el Renacimiento, no sólo Leonardo fue portavoz de esa transdisciplinariedad. Sino que muchos fueron los pensadores que advirtieron el compromiso de todos los saberes en pro de la edificación de valores trascendentes al tiempo y al espacio. Así lo destaca Jacob Brurckhardt (1949) en su obra “La cultura del renacimiento en Italia” p. 253.
… a finales del siglo XV , Italia, con Paolo Toscanelli, Luca Paccioli y Leonardo da Vinci, figuraba, sin parangón posible, en matemáticas y en ciencias naturales, a la cabeza de todos los pueblos de Europa; los sabios de todos los países lo reconocían así y no vacilaban en declararse sus discípulos, incluso Regiomontanus y Copérníco…”

La transdisciplinariedad de da Vinci se ha extendido hasta nuestros días. La novela del autor Dan Brown (2003) “El código da Vinci”, es una obra polémica que surge de ese perfil transdisciplinario que el autor cultivo, por supuesto, que la obra en si misma no deja de ser una especulación de la parte enigmática de Leonardo, con indiscutibles toques de sensacionalismo editorial, y a mi juicio poco crédito literario. Pero no podemos obviar, que si Leonardo no hubiese abarcado tantas disciplinas, tal vez no estuviese yo hablando de él en estas líneas.
Se presenta luego una confrontación contextual del hombre iluminista homo sapiens y el hombre del imaginario Homo demens. García Malpica, esgrimiendo esa genialidad descriptiva que lo hace tan explicito empieza a revelar el ambivalente mundo del dualismo cartesiano. Esa lucha entre lo biológico y lo antropológico, la razón y la sin razón, el alma y el cuerpo. Esto brota en platón en la indagación de la existencia misma, el dualismo se asoma como ser o no ser, idea y materia. El dualismo acogió entonces dos sustancias fundamentales, inteligencia y materia. Y aquí nos detenemos a reflexionar sobre lo discutido en nuestras tertulias de los miércoles, se puede llegar a una transdisciplinariedad, cuando aún hoy, hay una división dualista entre (y lo ilustro con el esquema realizado por García Malpica en la pizarra) cualidad y cantidad, libertad y determinismo, ciencias y humanidades. Se puede, entonces remitir a la historia como sustento del texto literario, mermando la genialidad del dialogismo, y haciendo de la historia una simple referencia intertextual. Citemos a García Malpica p, 10 “Dicho en otros términos, la historia, el mundo, la realidad es suplantada por los textos”. El autor reniega de la forzada utilización de las referencias de manera innoble, descontrolada y con poco respeto, a la historia, a la realidad y al autor.
Los diversos matices del mundo real se avivan con el fuego de lo irreal, es de esta manera como en la historia del hombre se han presentado momentos de caos y de orden. En el Libro del Génesis Cáp. 1 Vs 1 – 5, se ilustra el dialogismo entre el caos y el orden, la luz y las tinieblas, ya desde los albores de la humanidad y desde una concepción cosmogónica se establece esa relación entre lo morfo y lo amorfo, lo ideal y lo real
1 En el principio creó Dios el cielo y la tierra. 2 La tierra, empero, estaba informe y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo: y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas.
3 Dijo, pues, Dios: Sea hecha la luz. Y la luz quedó hecha. 4 Y vio Dios que la luz era buena: y dividió la luz de las tinieblas. 5 A la luz llamó día, y a las tinieblas noche: y así de la tarde aquella y de la mañana siguiente, resultó el primer día.

Se evidencia en estos versículos del libro del génesis la oposición entre lo informe (amorfo) con el orden, la luz con la oscuridad. Ese dualismo eterno, al que esta subyugado el hombre, es la dialógica. Ese es el mismo equilibrio dialógico, al que Heráclito, también hacia referencia con la relación entre lo discorde y lo concorde, que al confrontarlos genera la más bella armonía.
El asunto de la transdisciplinariedad es la crisis del saber y de lo real, por cuanto el saber se ha ido mermando ante la realidad que le es hostil, la de las teorías y las crisis de los paradigmas. Alcanzar la unidad del hombre apoyándose en la reforma del pensamiento en pro de la liberación de los paradigmas. La razón se enarbola como la máxima potencia de la identidad humana, el empirismo lógico cartesiano, cuya exégesis del mundo, muestra el valor del intelecto y de la materia, nos muestra la ambivalencia entre sujeto y objeto, esa relación simbiótica que es imperecedera. Sin embargo, la razón domina hasta la posguerra cuando el hombre se empequeñece ante la desidia y la miseria de su propia destrucción. Nuevamente García Malpica p, 12, nos introduce a la dualidad: orden – desorden, cuando señala muy oportunamente:
Las máscaras del desorden se encuentran excluidas: la desigualdad, la agitación, la turbulencia, el encuentro aleatorio, la ruptura, la catástrofe, la fluctuación (…) Según Laplace, el orden determina las causas de todas las relaciones de los seres de este universo.

Encontramos que el orden, es el sustento motriz de la causalidad universal, y que los fragmentos de los textos literarios, son la imagen fragmentada de la perdida de la sustancialidad del mundo.
En las siguientes líneas, García Malpica plantea que en el ámbito literario, hay teóricos encartonados, que no se han plegado a las nuevas tendencias, y mucho menos aceptan la validez de nuevas disciplinas innovadoras. Desmejorando la concepción de la textualidad, encasillándola. Cita, luego a Prigogine, y a La teoría del Rizoma, de Deleuze y Guattari que, no sólo, ha sido aplicada al texto e hipertexto, sino también a las corporaciones industriales y comerciales, e incluso a las células terroristas, ya que habla de las múltiples relaciones que se extienden como las raicillas rizomáticas que las plantas van tejiendo para fortalecerse. Estas nuevas tendencias surgen de la necesidad de ese homo Sapiens de retornar a sus fuentes, a sus orígenes, pero lo hace con la experiencia ganada en el aparatoso camino.
H.G. WELLS –uno de mis autores predilectos- nos muestra ese retorno del hombre a sus raíces en la novela “La máquina del tiempo” (1895), donde presenta, de manera casi profética, la teoría del holograma de Dennis Gabor (1947). En la obra Wells narra las aventuras de un científico que logra viajar en el tiempo, llagando a un mundo horripilante donde los humanos llamados “Eloi” eran devorados por seres inferiores que viven en el subsuelo, “Marlocks”. Estos hombres, los “Eloi” cuya civilización se desbastó por las crisis mundiales y luchas de poder, no poseen pasado, ni conocimiento, ni libros. Lo sublime de la obra es el esfuerzo del científico por rescatar la cultura perdida. En esa búsqueda el viajero del tiempo encuentra hologramas con mensajes de los últimos sabios y eruditos, que dejan una enseñanza que es inteligible para los “Eloi”. Quizás el hombre del siglo XXI es un “Eloi” y y está siendo devorado por su propia ignorancia.
García Malpica expone, cómo los elementos de la conexión y transformación textual, absorben componentes vivénciales del sistema cultural, que no sólo se extrapolan a las trayectorias textuales. Cita entonces a James Joyce
[3] y a Carlos fuentes, quienes han desarrollado esa gran enciclopedia interconectada, que nos remonta a la dialógica.
Luego se establece, que la lectura desorientada del texto de Lyotard representa el rechazo de la ficción mimética tradicional, favoreciendo en su lugar el sentido del artificio y la intuición de verdad absoluta y reforzando al mismo tiempo la “ficcionalidad” de la ficción, esto no pretende acabar con el experimentalismo de las vanguardias que surgieron para romper con los convencionalismos impuestos, no sólo en el arte, sino también, en las diversas instancias sociales y culturales. No obstante algunas lecturas se esforzaron en plasmar un redescubrimiento del pasado. Se ratifica, lo comentado anteriormente sobre Descartes. El autor nos plantea la dualidad cartesiana: reduccionismo objetivo: hechos, reduccionismo subjetivo: interpretaciones de hechos.
Con respecto a este tópico, el profesor ha comentado en clase, que la ciencia es exacta, rígida, y que está supeditada al escrutinio procedimental, por tanto sujeto y objeto, son ambiguos pero complementarios, es decir la literatura se nutre de las ideas fluidas, libres. No obstante la ciencia no puede ser objeto de tales libertades, el proceso científico es medidle, controlable y exento de dudas. En el principio cartesiano de reducción, el objeto es separado de su entorno para producir “ideas claras y distintas”. “Se excluye lo ambiguo, lo complicado, lo contradictorio”
Se evidencia el poder del reduccionismo en los textos literarios, por la introducción de una metodología científica, que sólo se avocará a las cualidades llamadas por García Malpica: “intrínsecas de los materiales iliterarios”. Este aspecto procedimental, abortará toda esperanza de la incorporación de la estética y de cualquier otra disciplina que se atreva a comulgar con la literatura.
El principio del holograma nos conduce a ir más allá de la totalidad, para encontrar en las partes algo más que una reducción del todo. García Malpica p, 15, nos explica en que consiste el holograma:
…El holograma es una imagen física proyectada en tres dimensiones. El objeto hologramado en cada punto del holograma contiene la presencia de otro objeto en su entero. De manera que el holograma muestra el todo en las partes que están en el todo y la parte podría general el todo

El estructuralismo
[4] sustenta las reglas y limitaciones, por medio de las cuales, el significado de un texto es expresado. Esto se define como método inmanente porque no mira en el exterior para advertir el valor universal de la cultura, El holograma busca más que la suma de esas partes que forman un todo, se alimenta de cada parte. En el texto literario, también encontramos el inmanentismo[5] dirigido hacia las partes de ese todo que es el texto mismo. Las partes del texto, señala el autor son: la expresión, el significante, y el totalismo marxista cuyo norte es el Todo, hacia lo extra artístico: la historia, la sociedad, el significado, el contenido, el mensaje. Señala García Malpica, p, 16, que la epistemología se posibilita con la idea compleja de una epistemología despojada de fundamento.
Se sustenta entonces el criterio de Rescher de una epistemología
[6] carente de fundamentos, y se censura al neopositivismo[7] que no concretaba sus enunciados sobre bases seguras. La epistemología no es absoluta y no posee el control sobre esta, la epistemología solo puede girar entorno al problema de la verdad. Las verdades parciales serán fruto de otras verdades parciales. Según Descartes, la necesidad del método reside en remitir, a través de ciertas reglas, todo conocimiento a la verdad. El método no es más que un camino seguro para llegar a la verdad y evitar el error. Aristóteles especificó que si todas las ciencias que posee el hombre forman un único saber, que expresa la sabiduría humana en su totalidad y como algo unitario, ha de haber también un único método que se corresponda con esa unidad de saber y que se pueda aplicar después a cualquier campo o región del conocimiento. Si esto es cierto la transdisciplinariedad vendría a unificar esos saberes, como lo ha plantea García Malpica p, 17, en diversas oportunidades.
…De esta manera, la literatura relegada por la cultura científica al reino de la mentira, tenía para su legitimación en la institución disciplinaria que compartir y adherirse a la escisión del gran paradigma de occidente formulado por Descartes…

En el modelo cartesiano el objeto y el sujeto están espaciados, con ello se forma una visión dualista del mundo.
La interdisciplinariedad plantea la integración armónica de esos dos mundos cartesianos, de una manera trascendente en función de darle significación y legitimación a los saberes, en nuestro caso de estudio, el texto literario. El pensamiento científico como ratifica García Malpica P, 22, es exiguo sin el complemento subjetivo o imaginario. Ambas corrientes - a través de nuestro debate entre teoría y práctica- se presentan como antagónicas, pero compenetradas. El objetivo epistemológico de la enseñanza de la literatura es hacer que la racionalidad comprenda el papel de la subjetividad y de esa individualidad particular de la creación artística.
La obra artística no puede ser medida con unidades de análisis, está exenta por demás de un marco metodológico, y no se puede, a pesar de lo que digan Quiroga y Poe
[8], delimitar los pasos para ser un perfecto cuentista, poeta o ensayista. Sin embargo si hay, dentro del texto literario, especificaciones de estilo, de estructura y de fondo semántico, que contribuyen a formar ese equilibrio entre los elementos estructurales del texto: signo, imagen, símbolo, etc. Y la esencia del mismo su lirismo y subjetividad. El autor, alude a Edgar Morin, en reiteradas oportunidades durante su ponencia, y de manera acertada, dada la envergadura de este gran investigador sobre el tema, Morin se interesó por las relaciones entre lo real y lo imaginario, por ese equilibrio que permite a los saberes congeniar entre ellos en función de un conocimiento significativo.
En las últimas páginas, el autor nos transporta al ambivalente mundo quijotesco, donde lo real y lo imaginario se mezclan en un relato plagado de intertextualidad. Esgrime García Malpica p, 24, que la literatura asume las experiencias vivénciales del hombre, sus pasiones y sus deseos, y que estas, al igual que la confrontación shakespeareana del hombre real contra el hombre imaginario, se ha envestido de carácter universal, el hombre de Shakespeare es el mismo, con sus defectos y virtudes, al de nuestros días. Ese equilibrio entre lo real y lo imaginario ha resultado en la fórmula de la trascendencia universal del saber.
Sería en extremo ambicioso, el acorralar en tan pocas líneas, la potestad transdisciplinaria de García Malpica. Sin embargo, el autor al concluir señala la comunión: racionalidad – afectividad, dentro del marco literario. La literatura cuestiona la verdad al plantear la cotidianidad del hombre posmoderno, ese hombre común, que vive día a día protagonizando la épica urbana. La teoría abstracta sobre la interrelación epistemológica de los saberes, desencadena un conocimiento literario en contraposición con el “hecho social”. La literatura posee entonces carácter transdisciplinario, dado que el texto literario muestra lo frágil que puede ser la racionalidad, y apunta hacia esa relación dialógica de de la afectividad.
El hombre no deja de ser un desafiante contraste entre racionalidad y afectividad, subjetividad y objetividad, práctica y teoría, bien y mal. Nos debatimos en ese devenir de sentimientos y pensamientos, que nos ciñe, en el ontológico cuestionamiento dialógico del “Ser o no ser”. Esas diferencias existenciales son los componentes de esa nueva casta producto de la dualidad universal, Sapiens - Demens.


[1] Encuentro por una Lectura Transdisciplinaria del Texto Literario, evento al que fue invitado el autor del trabajo, por la Dirección de Cultura de la Universidad de Carabobo.

[2] Kant Immanue (1781) (Kritik der praktischen Vernunft) Crítica de la razón pura


[3] James Joyce, autor de « Ulises », obra que posee gran contenido psicológico, e incorpora elementos novedosos. Es citado por García Malpica como ejemplo del carácter universal de las múltiples conexiones dialógicas
[4] Teoría y método científico que considera un conjunto de datos como una estructura o sistema de interrelaciones.
[5] Teoría filosófica según la cual lo representado como contenido de la consciencia es la única realidad en oposición a lo que está fuera de ella

[6] (del griego, episteme, 'conocimiento'; logos, 'teoría'), rama de la filosofía que trata de los problemas filosóficos que rodean a la denominada teoría del conocimiento. La epistemología se ocupa de la definición del saber y de los conceptos relacionados, de las fuentes, de los criterios, de los tipos de conocimiento posible y del grado con el que cada uno resulta cierto; así como de la relación exacta entre el que conoce y el objeto conocido. Diccionario Espasa ilustrado(2000)

[7] Los neopositivistas (circulo de Viena) advirtieron la necesidad del análisis del lenguaje y de la metodología científica
[8] Horacio Quiroga desarrolló, al igual que Edgar Allan Poe, manifiestos a manera de especificaciones sobre cómo ser un perfecto cuentista, delimitando la producción artística en un simple proceso metodológico.

EL ENSAYO OROPECIANO

LA PRESENCIA DE AFORISMOS Y RASGOS DE ORALIDAD EN LA ENSAYISTICA OROPECIANA. (ANÁLISIS DE LA OBRA ENSAYÍSTICA DE JOSÉ NAPOLEÓN OROPEZA)
María Rondón
"Un hombre es la suma de sus desdichas. Se podría creer que la desdicha terminará un día por cansarse, pero entonces es el tiempo el que se convierte en nuestra desdicha. "
William Faulkner


La visión crítica de José Napoleón Oropeza (1950) se vislumbra en su maravilloso trabajo narrativo, por cuanto ha cultivado con gran maestría el cuento, la novela y el ensayo. En el contexto de la crítica literaria como tal, mucho es lo que se ha dicho sobre la innovación de su estilo narrativo y lo acertado de sus criterios sobre la literatura venezolana, todos estos factores presentes en sus ensayos.
Al explorar la obra ensayística de José Napoleón Oropeza se hace imperioso destacar su postura literaria, para vislumbrar de manera más acertada su condición de ensayista. Desde el punto de vista narrativo Oropeza, magistralmente construye su obra como arquitecto inequívoco de un plano existencial donde imágenes y símbolos brotan para reflexionar sobre la despersonalización del hombre urbano que se aleja de si mismo, que pierde su propia identidad, hombre que busca una liberación ontológica que raya en la exasperación del más comprometido existencialismo.
Se debe destacar la significación que tiene la obra del autor, dado a las innovaciones que en materia de ritmo y estilo este ha aportado, además de los planteamientos recurrentes de su obra: la vida. Lo anecdótico, lo existencial, la integración campo - ciudad, entre otros aspectos
José Napoleón Oropeza posee gran relevancia en las letras venezolanas, dado a su lenguaje poético, ráfaga intensa de imágenes elocuentes de planos metaficcionales, calidez con matices de ensueño, que convierte a la palabra en un medio limítrofe entre la poesía y la prosa.
La literatura oropeciana enfrenta una profundidad ontológica, donde el emblema de la noche y su influjo se ciernen en la otredad del hombre que huye de si mismo, y de su propia identidad. La narrativa de Oropeza, pionera en la trasformación de la prosa narrativa en prosa poética, exhibe patrones literarios que el autor llevará hasta su obra ensayística.
Se evidencia entonces en su obra una evocación anecdótica de la infancia y la adolescencia de paisajes de ensueño, en la frontera de lo real y lo fantástico. El autor seduce con un lenguaje cargado de metáforas, pero mezclado con las jergas, el erotismo, la pasión y la violencia. Presenta un desfile de personajes alegóricos y de situaciones metaficcionales. El autor muestra el mundo psicológico de lo mágico, la otredad y el paisaje que surgen a través de la imagen de multiplicidad y angustia. Su estilo Narrativo rompe con el relato tradicional y abre las líneas del discurso narrativo venezolano de principios de los 70.

La envergadura ensayística de Oropeza se inicia con Los Perfiles De Agua (1978) obra que permite, a José Napoleón Oropeza, realizar un enfoque critico de los grandes maestros de la literatura que sirven de iluminación o modelo a noveles escritores. Trastoca el autor las huellas y trascendencia de los grandes nombres de las letras: Cervantes, Balzac, Joyce, Novalis, etc. Nombres que han sido piedra angular de su prolija obra literaria y que han estado presentes, no sólo como referencia obligatoria de sus ensayos, sino también como aportes a su temática y estilo. En Los Perfiles De Agua, el autor utiliza sutilmente la didáctica ilustrativa, quizás éste, uno de los aspectos más característicos del ensayo como género. Con respecto a este aspecto Eliseo Torres, (1974), en su trabajo Antología del ensayo hispanoamericano, señala:

"El ensayo es la didáctica hecha literatura, es un género que le pone alas a la didáctica y que reemplaza la sistematización científica por una ordenación estética, acaso sentimental, que en muchos casos puede parecer desorden artístico. Según entiendo el ensayo, su carácter específico consiste en esa estilización artística de lo didáctico que hace del ensayo una disertación amena en vez de una investigación severa y rigurosa. El ensayo está en la frontera de dos reinos: el de la didáctica y el de la poesía, y hace excursiones del uno al otro" (p. 372)


Lo que Torres, E, destaca posee gran validez aL analizar la obra ensayística de Oropeza. Observamos que no hay fronteras definitorias entre prosa y poesía y los elementos discursivos presentes en sus ensayos se ciñen a patrones de una sentida oralidad.
En Aldaba En Vivo (1978), Obra Publicada por Fundarte (1978), una Antología poética, José Napoleón Oropeza reúne, de manera acertada, a lo más granado de la poesía venezolana y presenta comentarios de gran agudeza y profundidad lírica. No obstante, José Napoleón Oropeza alcanza su cenit como ensayista en su trabajo, titulado Para Fijar Un Rostro (1984), tesis doctoral presentada en el King´s College de la Universidad de Londres, en la que realiza una exhaustiva investigación sobre la narrativa venezolana contemporánea. Se evidencia en esta obra de Oropeza la maestría en el enfoque analítico de los autores venezolanos más consagrados. Oropeza domina con gran técnica el arte del lenguaje persuasivo, con rasgos de una notable oralidad

Oropeza presenta en El Habla Secreta (2002), Obra publicada por Dirección de Literatura del CONAC un intenso y apasionante ensayo. El habla secreta ofrece un singular acercamiento a las claves técnicas formales del lenguaje de la poesía. El autor nos proporciona con este ensayo, un hilo conductor para iniciar, con él, la más profunda exégesis que se ha dado ha conocer sobre las propuestas y tendencias de la poesía venezolana a lo largo del siglo XX.

Esta investigación abordará al género del ensayo, escritura crítica de reflexión y búsqueda en torno a problemas sensibles. El ensayo es un discurso en función de las disyuntivas que presenta la realidad humana y su discernimiento para elegir lo que se considera más racional por parte del escritor. Por eso en su estructura hay una intencionalidad expresa que signa la lógica del problema, pero ajeno a fórmulas o esquemas preconcebidos. Hay recursos técnicos -propios de cada escritor- pero coloreados por su subjetividad indagadora y su capacidad personal.
La presente investigación posee un perfil netamente literario, mediante esta se intenta abordar el género ensayo tomando como piedra angular de las consideraciones la obra de José Napoleón Oropeza. En la ensayística Oropeciana pensamiento y estilo convergen admirablemente con la índole peculiar del ensayo, género difícil de literatura creadora e interpretativa que el autor ha cultivado siempre. Oropeza posee un pensamiento agudo y original; pero fragmentario, inductivo, de ritmo irregular, pero musical. Escritor de calidad en el tratamiento de sus temas, menos sistemático, menos arquitectónico, de estructura más oratoria, posee una evidente, movilidad y flexibilidad, que es digna de ser objeto de un riguroso estudio.

Por la relevancia de la obra ensayística de José Napoleón Oropeza, por el carácter innovador de su estilo, además del exquisito manejo del lenguaje es necesario desarrollar una investigación, que desde la postura del análisis literario permita identificar la presencia de aforismos y de rasgos de oratoria en su obra ensayística, tomando para tal fin la perspectiva de la oralidad.

El teatro venezolano

DAVID OSORIO: EL ÚLTIMO BRUNCH DE LA DÉCADA.
LOS OCHENTAS Y SUS EXCESOS
APROXIMACIÓN AL TEATRO VENEZOLANO
Ensayo de María Rondón


“Los homosexuales y los judíos son las dos minorías creativas sobresalientes en la cultura moderna actual. Creativos en el verdadero sentido: son los creadores de sensibilidades” Susan Sontag

En la primera mitad de la década de los ochentas, cuando en Venezuela importábamos y adaptábamos cándidamente a nuestra idiosincrasia los postulados de la revolución sexual y de la homosexualidad del Primer Mundo, el SIDA hizo su aparición en un contexto de extrema ignorancia (como sucedió también en Norteamérica y Europa ); pero sobre todo, con la ausencia en el escenario público de organizaciones solidarias con la comunidad gay (entonces el grupo de mayor riesgo), además de una crisis socioeconómica en proceso de profundización que propició el incontenible avance de este flagelo que, para ser contenido, demanda muchos más recursos de los que los gobiernos venezolanos le han destinado a lo largo de estos más de 20 años.
En los últimos años de la década de los ochentas, y sobre todo en la primera mitad de los noventas, las defunciones por SIDA se convirtieron en la noticia más repetida entre la comunidad gay de Venezuela y del mundo. Lo que comenzó siendo una noticia aislada y ocasional, se volvió en prácticamente una realidad para todas las personas, pues ahora era el amigo cercano, el conocido o el familiar quien estaba muriendo de SIDA. Desde entonces y hasta la fecha, el miedo al VIH y la contundente realidad de la enfermedad es general no sólo para la comunidad gay, hasta los heterosexuales se ha visto afectados. Y desafortunadamente, también la ignorancia y la indiferencia persisten, abonando con ello el campo para que la enfermedad prospere con su negro manto de soledad, muerte y tristezas.
El tema del SIDA fue trillado y trastocado desde las diversas esferas políticas, religiosas y culturales. Todas las instancias nacionales querían, de una u otra forma abordarlo, pero es en el teatro que el SIDA encuentra un medio de reflexión. El teatro venezolano, fue objeto de un inigualable patrocinio por parte del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, pero dicho mecenazgo sólo impulsó la manufactura indiscriminada de guiones sin profundidad, que carecían de un acertado tratamiento de la escena política y social de la época, además de escaso valor estético y artístico. Era evidente la divergencia temática entre los dramaturgos venezolanos de las últimas décadas, por tanto no era posible delimitar bajo un paradigma único la producción teatral vernácula. Con respecto a la configuración del teatro venezolano de las últimas décadas, el actor, director, dramaturgo, docente e investigador de teatro Carlos Dimeo (2006) señala en su obra El resplandor de las sombras

Para el teatro Venezolano, diremos especialmente que la tradición implicó una forma de modernidad propia. Ya que nuestra tradición no se funda en el continuismo y en la unidad, sino en la propia particularidad y en las diferencias.
Lo tradicional en el teatro Venezolano, está signado por la singularidad con la que los escritores trabajan y participan. Cada dramaturgo construye su propia esfera y poética dramatúrgica. En cada dramaturgo hay una innovación.(p,106)

Lo señalado por Carlos Dimeo es definitorio de la dramaturgia venezolana, la cual a diferencia de la foránea, no tiene un sello característico, sino que esta signada por una diversidad, no sólo en la estructura teatral sino en la atmósfera. El teatro venezolano adolece de la utilización de recursos que permitan esa aproximación del espectador con otras instancias mas intimas y que le identifiquen con el verdadero sentir del teatro. El no experimentar con recursos innovadores hizo del teatro venezolano quizás un producto de producción en masa, cuyo objetivo era sólo recrear, si dejar un espacio a la reflexión y al encuentro sugestivo. Esto se aprecia en lo señalado por Miguel Monasterio a continuación:
El teatro no se puede quedar sólo con el texto, descartando el resto de los recursos.(…). Descartar todo esto es disminuir al teatro, intelectualizarlo, y en consecuencia hacerlo distante de un público tendencialmente más masivo (1991. Entrevista).

El teatro venezolano de finales de los ochentas y principios de los noventas sucumbe ante el SIDA debido a la muerte, por este flagelo, de personalidades de notable influjo en las tablas vernáculas. Uno de los decesos fue el de Carlos Jiménez, el 28 de marzo de 1993 a los 46 años
Este trágico evento marcó un hito en las tablas vernáculas, ya que una gran mayoría de dramaturgos no pudieron evadir la realidad circundante y de esta manera surgen piezas teatrales, donde la homosexualidad es vista como la representación, no de la decadencia humana como se había acostumbrado a enfocarla, sino como una consecuencia de los sistemas culturales, políticos y sociales que lejos de valorar al hombre y sus diversas dimensiones cercena y degrada su identidad sea esta cual fuere.

En este contexto David Osorio escribe la pieza El último brunch de la década, la temática muestra la otra cara del SIDA y la homosexualidad. Abordando lo cotidiano y lo ordinario de la existencia de cuatro personajes representativos mediante los nudos o momentos límites de la vida misma.

Osorio logra infiltrarse en la intimidad gay para ventilar una realidad cruda, plena de irreverencias y estragos. El tema de la homosexualidad por su importancia ha sido retomado en la literatura, en especial la dramaturgia, en diversos periodos, ya que la condición gay se ha atacado como aspecto genético, como mal social, como parte de un plan universal. Sin embargo muchos psicólogos han llegado a la conclusión, de que es simplemente una Orientación sexual Para Osorio la homosexualidad es más que una desviación humana , es el espejo que permite reflejar la realidad social de todos los contextos históricos, por cuanto desde que el mundo es mundo, desde Sodoma hasta nuestros días ha habido y habrá homosexualidad.

La obra El último brunch de la década se estrenó con notable éxito el 09 de noviembre de 1993 bajo la dirección de Daniel Uribe. Por esta pieza de excelente factura David Osorio obtuvo el Premio “Esther Bustamante” del Nuevo Grupo de 1991.

A continuación se realizará un análisis de dicha pieza, la cual fue seleccionada por el acertado tratamiento de la pluralidad sexual humana. El presente ensayo pretende ser un aporte sin precedente debido a la escasa información que en Venezuela se encuentra sobre el teatro de temática gay, aun cuando el teatro vernáculo siente fascinación por los personajes desviados, el travestismo y la homosexualidad, resulta insuficiente lo que sobre el extraordinario influjo y el background de estas minorías se ha escrito.
El último brunch de la década, la fiesta que termino mal
“El exceso es el veneno de la razón”
Francisco de Quevedo

Al concluir, es mi deber dejar un testimonio muy sentido sobre el influjo de los ochentas y los noventas, por la importancia socio cultural que estas décadas legaron a los adultos contemporáneos del nuevo milenio (fue la época de mi adolescencia). Al hablar de BRUNCH la contracción de las acepciones inglesas para desayuno – almuerzo: breakfast y Lunch, el autor nos ubica en esas interminables orgías, donde los mortales se metamorfoseaban en seres perfectos capaces de vivir intensamente, llenos de excesos. Esta es quizás – y con respecto al tema sólo especulo- el origen del titulo de la obra teatral de David Osorio a la cual nos hemos aproximado en estas líneas. El último brunch de la década, encarna ese despertar a una realidad terrible, cruda, para la cual una generación entera no estaba preparada. El brunch ese desayuno tardío que se funde con el almuerzo, permite recapitular sobre las exhuberancias y acciones desproporcionadas de la orgía anterior. Los cuatro amigos de Manhattan despiertan a una realidad dolorosa que les hace aceptarse entre si, sin condiciones ni estereotipos. La tragedia del SIDA los cubre con un velo de solidaridad, que les permite seguir a pesar de las limitaciones que este flagelo impone a la vida humana.

El amor y la muerte emergen como los nudos tensores del drama, el amor homosexual entre Santy y Marco en la obra es sublime, el tratamiento de la homosexualidad ha sufrido distintos vaivenes a lo largo del tiempo y fue sucesivamente aceptada, rechazada, perseguida o reconocida. En la elección homosexual confluyen tantos parámetros como en cualquier otra actividad sexual, lo que indica que nunca se podrá entender a través de uno solo de ellos. Es decir que no podemos analizarla con el exclusivo prisma de la moral o de lo legal, o desde una óptica psicoanalítica o desde el placer.

Es por ello que David Osorio nos presenta una pieza teatral sencilla que explica francamente, y en todas las dimensiones humanas posibles la relación gay sin juicios peyorativos. Los excesos son el complemento social, la droga y la liberación sexual, se presentan más que antivalores como tendencias de una época.

Los cuatro personajes: Santy, Marco Nico y Karen encarnan a esos miles de venezolanos que vieron en el éxodo la oportunidad de salir del tercer mundismo, que buscan una vida snob, clasista y llena de placeres. Pero que luego de las múltiples aventuras y de la incursión al reino de Dionisio, retornan a la realidad encontrando un vacío y a la muerte rondando inerte en sus vidas.

La homosexualidad de Santy, Marco y Nico no se muestra en la obra en un sentido literal sino para marcar ese rasgo de alteridad, pero sin radicalizar la diferencia. Estos personajes están en clara oposición al mundo que les rodea por su peculiar sensibilidad y sexualidad. El final, aun cuando no se presenta en la pieza, está implícito, quizás los cuatros amigos no llegan a afrontar realmente su situación ni llegan a vencer las circunstancias sociales adversas sino que acaban trágicamente con la muerte o se refugian en un mundo ilusorio del que difícilmente podrán escapar.

El último Brunch de la época es un testimonio de una sociedad decadente que cercena a las minorías, arrastrándolos a la clandestinidad, y lo que es peor aún, causando su propia destrucción. El tema tratado por David Osorio en esta obra trasciende las esferas de la realidad venezolana otorgándole a esta pieza la estructura y la talla de un clásico, que se extiende en tiempo y espacio, y describe la existencia humana con profundidad ontológica.

Santy. Tengo miedo
Marco: (Abrazándolo) ¿Por qué? no va a pasar nada
Santy: Tengo miedo
Marco: No hay porque tener miedo. Estamos bien. Estamos juntos .Estamos vivos
Santy: Tengo miedo
(Apagón. Se distingue sólo el árbol de navidad, que continúa brillando intermitentemente)

FIN




VERSOS DE UNA MUJER DESOLADA

AMASIJO CORPÓREO

Atmósfera sublime plena, unigénica de placer
Instantánea remoción de lo amargo, de lo oscuro, de lo rancio
Espacio infinito de cuerpos fugitivos llenos de cansancio
Que se rompe en camas impregnadas de desabridas anécdotas
¿Has sentido, acaso, tantos cálidos y sudorosos cuerpos de mujer
que te aburres de ellos, de cuando en cuando
y te apegas a ellos, de vez en vez?
¿te has prohíbido a ti mismo pernotar en la adhesión?
¡Explotar! Hombre ártico, infranqueable...
los destellos de candidez en tu torpe mirada me llenan de desdén
Mirada recelosa, furtiva y pretenciosa
Mirada que niega un suspiro, floja, impávida Mirada de daga lapislázuli
Que escinde mis perturbadas pretensiones
de remover al fin de mis entrañas lo amargo, lo oscuro, lo añejo
Y que por fin te apegues a mí, tu paupérrima amante
A este amasijo corpóreo que aún anhela sentirse viva
Aunque se que te aburres de mi … de cuando en cuando.
Y que ...Quizás algún día te apegues tiernamente
a mi fogoso cuerpo de mujer… de vez en vez

Semantikratos






SEMANTIKRATOS:
La reinvención de la palabra

Los versos confluyen en espacios atemporales donde la relatividad se metamorfosea en irreverentes imágenes. La palabra se deslinda, se enajena y se transmuta a un plano mítico, simbólico pleno de secretos que sólo pueden ser descifrados mediante la reinvención de la palabra. SEMANTIKRATOS es el hemisferio donde se revela la imagen trascendente donde el verbo danza y el discurso aborda los terrenos de la magia imaginativa: la poética.